Uruguay en alarma: a siete meses del Mundial 2026, la derrota 5-1 ante EE.UU. evidencia crisis futbolística
La noche del 18 de noviembre de 2025 quedará marcada con rojo para la Selección de Uruguay: en el estadio Raymond James de Tampa, EE.UU., la celeste fue derrotada por un contundente 5-1 ante la Selección de Estados Unidos, dentro de un amistoso preparatorio rumbo al Copa Mundial de Fútbol 2026.
Una derrota que no es aislada
Este golpe no puede verse como un simple desliz: analiza el contexto en el que un equipo que se prepara para uno de los mayores hitos de su ciclo —el Mundial 2026 en Norteamérica— se exhibe con síntomas de fragilidad, desconcierto y falta de identidad futbolística.
El artículo de El País de Uruguay habla de una “goleada que no es aislada” y de una crisis “futbolística” que exige respuestas.
El récord negativo
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Uruguay no recibía cuatro goles en la primera parte de un partido desde el 31 de mayo de 1979, cuando cayó 5-1 ante Brasil en Río de Janeiro.
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Bajo la dirección del técnico argentino Marcelo Bielsa, esta fue una de las peores derrotas del ciclo: el equipo estuvo lejos de la solidez que San Cristóbal, antaño sello de “la Celeste”.
¿Qué falló?
Algunas claves del porqué de esta caída:
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En la ofensiva, apenas se destacó Giorgian de Arrascaeta, autor del gol del descuento con una gran chilena y prácticamente el único que “dio la cara”.
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En defensa y en el repliegue colectivo hubo desconcierto: cuatro goles recibidos antes del entretiempo, sin reacción convincente.
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En el aspecto emocional y de liderazgo, la prensa uruguaya habla de “humillación” y despliegue de críticas hacia Bielsa.
El factor Mundial-2026
Quedan apenas siete meses para el inicio del Mundial 2026 y esta derrota obliga a una reflexión urgente: ¿Uruguay está en condiciones de pelear por un buen desempeño con este nivel? El tiempo apremia para corregir errores tácticos, recuperar carácter y, sobre todo, generar una imagen de equipo comprometido.
Mirando hacia adelante
El panorama exige varias respuestas:
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Reestablecer la cohesión colectiva, tanto en defensa como en ataque.
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Aumentar la claridad ofensiva, más allá del talento individual.
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Recuperar la confianza del aficionado uruguayo que se enorgullece de su historia y espera ver una “Celeste” combativa.
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Aprovechar lo que aún queda de fase de amistosos para encontrar variantes fiables antes del torneo mundial.
La goleada ante Estados Unidos no sólo representa un marcador adverso, sino que sirve como símbolo de un momento complejo para la selección uruguaya. En un ciclo que apuntaba a ser de consolidación rumbo al Mundial de 2026, aparece quizá el más duro espejo: la necesidad de reinvención, reacción y urgencia. El camino ya empezó, pero el reloj corre rápido.












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