Tragedia patrimonial en Quebracho: se incendió la histórica casona conocida como ex-Museo Juan Clara
En horas de la noche del sábado reciente, la tranquila localidad de Quebracho, en el departamento de Paysandú, despertó con una noticia que golpea fuerte su identidad: un incendio consumió por completo la casona que durante décadas funcionó como comercio, posta de diligencia y, en años recientes, como el ex-Museo Juan Clara, según informa El Telégrafo.
Un edificio cargado de historia
La estructura, construida con muros de material, chapa y tirantería de madera, era reconocida por vecinos y referentes de la zona como un bien con valor simbólico para la comunidad, aun cuando no estaba formalmente catalogada como patrimonio histórico.
El propietario, Franklin “Gino” Belveder, relató que había adquirido el inmueble con el propósito de preservarlo, tras haber funcionado como bar y excasino. Desde hacía alrededor de ocho años su familia venía invirtiendo en mejoras para devolverle su esencia original. Sin embargo, afirma que “ahora no quedó nada”.
El siniestro y el operativo de emergencias
Cuando los bomberos locales llegaron al lugar, el incendio ya estaba generalizado en una de las piezas del edificio y se propagaba hacia el galpón contiguo. La respuesta incluyó la unidad polivalente del destacamento local, una cisterna Municipal y otra enviada desde Paysandú. A pesar del esfuerzo, las pérdidas fueron totales.
La casa había sido víctima de un hurto días antes, en el que se sustrajo una garrafa y un quemador —un hecho que la familia consideró relevante a la hora de plantear hipótesis sobre el origen del incendio.
¿Cómo se originó el fuego?
La familia apunta a varias posibilidades: un cortocircuito vinculado a trabajos recientes de mejora en el inmueble, o bien ingreso de terceros aprovechando la vulnerabilidad tras el hurto. Por su parte, el cuerpo de bomberos informa que preliminarmente el origen podría haber sido un desperfecto eléctrico, aunque la investigación sigue abierta.
Repercusiones en la comunidad
Vecinos y miembros de la comunidad de Quebracho lamentaron la pérdida de este emblemático espacio: más allá de sus funciones comerciales o museísticas, era un punto de encuentro de generaciones, un guardián de memorias locales.
Para la localidad, que ya tiene una rica historia que se remonta a principios del siglo XX —fundada oficialmente alrededor de 1912 y con antecedentes como escenario de la Revolución de Quebracho (1886) — este hecho representa otra pieza que se pierde del patrimonio intangible y tangible.
A futuro
La familia Belveder tenía planes para continuar las reformas y abrir el espacio sin fines de lucro, apuntando a que el edificio pudiera sostenerse por sí mismo como lugar de memoria. Ahora, tras la devastación, se abre un interrogante sobre qué se hará con el sitio y cómo se podrá reconstruir o rescatar la historia que allí se albergaba.
Asimismo, las autoridades locales y cuerpos de emergencia tendrán que evaluar la protección de estructuras históricas en la zona, la vigilancia y mantenimiento, para evitar que otros bienes de valor para la identidad local sufran hechos similares.













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