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Alberto Fernández despide a su perro Dylan y recibe fuertes críticas en redes

Alberto Fernández despide a su perro Dylan y recibe fuertes críticas en redes

El expresidente argentino Alberto Fernández comunicó este miércoles la muerte de su perro de raza collie, Dylan, a través de sus perfiles oficiales en redes sociales.


En un mensaje cargado de emoción, Fernández escribió: “Aunque tal vez nunca te lo dije, siempre esperé que llegaras. Fuiste parte de mi vida, dándome lealtad, alegría y ternura. Me regalaste una amistad incondicional que solo algunos humanos me han dado”. 


El exmandatario añadió en su post: “En los últimos meses te fuiste apagando y hoy, con mucho dolor, te despido. Dylan, mi entrañable amigo, gracias por tanto amor, que creo haber correspondido. Ahora correrás en algún paraíso en el que, seguramente, volveremos a encontrarnos. ¡Hasta siempre, amado Dylan!”.


Trayectoria de Dylan

Dylan nació en la provincia de Buenos Aires y llegó a ser una figura visible durante la campaña presidencial de Fernández en 2019, cuando el perro incluso obtuvo su propia cuenta de Instagram (@dylanferdezok) con numerosos seguidores. Durante el mandato del expresidente, se convirtió en un compañero habitual en distintas instancias; según fuentes, tenía cerca de 9 años al momento de su fallecimiento. 


Reacciones en redes

La publicación generó una variedad de respuestas. Por un lado, muchos usuarios expresaron condolencias y compartieron su solidaridad con Fernández ante la pérdida de su mascota. Por otro lado, lejos de limitarse a mensajes de apoyo, la despedida también despertó críticas e ironías, algunas centradas en la figura pública del expresidente. Por ejemplo, un usuario comentó irónicamente: “Se cansó de que le mintieran y decidió partir a mejor vida”. 


El rol de Dylan fue más allá del ámbito estrictamente privado: su presencia fue usada como componente de imagen pública y campaña electoral. Su perfil de “mascota presidencial” ayudó a aportar una dimensión más cercana y familiar al exmandatario. Sin embargo, dicha visibilidad también derivó en que la figura del perro fuera objeto de memes y debates, especialmente en momentos políticos sensibles. 


La partida de Dylan marca el final de una historia que unió la esfera privada de Alberto Fernández con su vida pública. Y aunque la despedida estuvo cargada de afecto y reconocimiento hacia la mascota, las críticas surgidas en redes reflejan también la tensión inherente a cualquier figura pública: incluso la pérdida íntima de un compañero de cuatro patas puede convertirse en foco de escrutinio y debate.


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